La llegada de un bebé es un momento lleno de alegría, pero también puede ser una etapa muy difícil para algunas mujeres. En las primeras semanas o meses después del parto, muchas enfrentan depresión posparto, una condición que afecta tanto a la mamá como a la familia.
En las unidades médicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el personal de salud está preparado para identificar y atender a las mujeres que presentan este trastorno, que puede comenzar desde el nacimiento del bebé y manifestarse durante los primeros tres meses posteriores.
El doctor Francisco Paredes Cruz, coordinador de Programas Médicos de Salud Mental y Adicciones del IMSS, explica que los síntomas más comunes incluyen: tristeza profunda, llanto fácil, falta de energía, problemas para dormir, irritabilidad y disminución del apetito. También se presenta dificultad para convivir con la familia y, en especial, para disfrutar la compañía del bebé.
“En algunos casos, las mamás pueden incluso evitar la lactancia o rechazar estar con su hijo”, señala el especialista.
Para considerar que se trata de depresión, los síntomas deben mantenerse por más de dos semanas y, si no se atienden, pueden agravarse, afectando la vida laboral, la relación con la pareja e incluso la percepción de la realidad, llegando a causar ideas de autolesión en casos extremos.
Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir depresión posparto están antecedentes de problemas de salud mental, falta de apoyo familiar o violencia.
Por ello, desde las consultas prenatales, el IMSS brinda seguimiento integral que incluye la evaluación de la salud mental de las futuras mamás.
“Si detectamos tristeza profunda, aislamiento, fatiga o irritabilidad, el médico familiar interviene y, si es necesario, canaliza a la paciente a servicios especializados”, explica el doctor Paredes Cruz.
Después del parto, en las consultas subsecuentes también se revisa el estado emocional de la mamá, cómo se adapta a su familia y su reincorporación a la vida cotidiana y laboral.
El IMSS utiliza además estudios de tamizaje para detectar síntomas de ansiedad, depresión y otros trastornos, aplicándolos en módulos PREVENIMSS para personas mayores de 20 años.
El primer paso en el tratamiento es el acompañamiento psicológico, pero si la depresión persiste o empeora, se puede combinar con medicamentos antidepresivos.
El especialista también advierte que el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas durante el embarazo puede afectar gravemente la salud de la madre y el bebé, provocando bajo peso al nacer o retrasos en su desarrollo.
Por ello, invita a las mujeres embarazadas o que planean un embarazo a buscar ayuda profesional si tienen problemas con estas sustancias.
Finalmente, el doctor Paredes Cruz hace un llamado a las mamás, sus parejas y familias a no minimizar los síntomas emocionales, buscar atención oportuna y fortalecer el apoyo en el hogar.
“La salud mental materna es fundamental para el bienestar de la madre, del bebé y de toda la familia”, concluye.