Más de 80 intelectuales, artistas y especialistas en patrimonio han exigido a las autoridades culturales mexicanas la reapertura inmediata del Museo Dolores Olmedo, así como transparencia respecto al estado actual de su acervo, cerrado desde 2021.
A través de una carta dirigida a Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura; Diego Prieto, director del INAH; Alejandra de la Paz, titular del Inbal, y Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, los firmantes solicitaron información puntual sobre las gestiones del comité técnico del fideicomiso que administra el museo.
Entre quienes firman la misiva están figuras como el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, la actriz Ofelia Medina, el arquitecto Felipe Leal y la historiadora del arte Carmen Gaitán. El texto advierte que debe respetarse la voluntad de Dolores Olmedo, quien donó su colección “para el pueblo de México”, bajo el acuerdo de que permaneciera en su sede original en La Noria, Xochimilco.
Desde 2021, el Museo Dolores Olmedo permanece cerrado por trabajos de restauración. En ese tiempo, parte de su colección fue trasladada al parque Aztlán, en Chapultepec, lo que ha generado críticas por un posible desvío del propósito original del fideicomiso.
Durante la conferencia Revocar lo irrevocable, el exdirector jurídico del Conaculta, Luis Cacho, y el notario Miguel Ángel Beltrán, señalaron que cualquier persona que se considere afectada por el cierre o traslado de obras puede exigir el cumplimiento del contrato de fideicomiso. “El Inbal tiene facultades para verificar que las obras estén siendo conservadas, pero no para autorizar su traslado a otra sede”, puntualizó Cacho.
Por su parte, Beltrán recordó que el fideicomiso establece que el acervo debe exhibirse en el museo fundado por Dolores Olmedo en Xochimilco, sin posibilidad de cambiar esa cláusula de forma arbitraria.
Sí. En un comunicado reciente, el propio museo confirmó que reabrirá su sede en La Noria en 2026, una vez concluidas las obras de modernización. La institución asegura que mantiene el compromiso con la voluntad de su fundadora.
Sin embargo, el debate sigue abierto: ¿debe considerarse una violación al fideicomiso el traslado temporal de las obras? ¿Qué papel debe jugar la ciudadanía en la defensa del patrimonio cultural?