La violencia feminicida en México volvió a ensañarse con una niña. Keila Nicole tenía 13 años. El lunes 1 de julio salió de su casa en la comunidad de El Rosario, en Baja California, con la intención de visitar a una amiga. Nunca llegó. Dos días después, sus restos fueron hallados en una zona despoblada de San Quintín.
El hallazgo fue estremecedor: autoridades encontraron partes del cuerpo, entre ellas la cabeza y brazos, presuntamente pertenecientes a la menor. La escena no solo confirmó la peor pesadilla para su familia, también encendió una nueva alerta en un país donde la infancia tampoco está a salvo del feminicidio.
La Fiscalía General del Estado de Baja California ha iniciado una carpeta de investigación por el delito de feminicidio y confirmó la detención de dos personas. Entre ellas se encuentra un adolescente de 16 años que, según primeras versiones, habría sido compañero de escuela de Keila. La comunidad exige justicia y que el caso no quede impune.
El caso de Keila Nicole no es aislado. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), tan solo entre enero y agosto de 2024 se registraron 54 feminicidios de niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años. En el mismo periodo de 2023 fueron 46. La violencia va en aumento.
En casi una década —de 2015 a agosto de 2024— han sido asesinadas 798 niñas y adolescentes en el país bajo criterios tipificados como feminicidio. El Estado de México, Veracruz y Jalisco encabezan la lista con mayor número de víctimas.
Las infancias en México están creciendo con miedo. Y en demasiados casos, no están creciendo: están siendo arrebatadas por un sistema que no las cuida, por entornos que no las protegen, por estructuras sociales que fallan una y otra vez.
La saña con la que se cometió el feminicidio de Keila Nicole —una niña— nos obliga a mirar de frente una verdad incómoda: en México, la violencia de género alcanza incluso a quienes apenas están empezando a vivir. El asesinato de Keila no es solo un crimen; es un grito desesperado por protección, por justicia y por memoria.