Capital Mujer

Keila Nicole: la violencia que no da tregua ni a las infancias

Escrito por Staff Capital Mujer | Jul 4, 2025 8:49:44 PM

La violencia feminicida en México volvió a ensañarse con una niña. Keila Nicole tenía 13 años. El lunes 1 de julio salió de su casa en la comunidad de El Rosario, en Baja California, con la intención de visitar a una amiga. Nunca llegó. Dos días después, sus restos fueron hallados en una zona despoblada de San Quintín.

El hallazgo fue estremecedor: autoridades encontraron partes del cuerpo, entre ellas la cabeza y brazos, presuntamente pertenecientes a la menor. La escena no solo confirmó la peor pesadilla para su familia, también encendió una nueva alerta en un país donde la infancia tampoco está a salvo del feminicidio.

La Fiscalía General del Estado de Baja California ha iniciado una carpeta de investigación por el delito de feminicidio y confirmó la detención de dos personas. Entre ellas se encuentra un adolescente de 16 años que, según primeras versiones, habría sido compañero de escuela de Keila. La comunidad exige justicia y que el caso no quede impune.

La infancia feminicida: cifras que duelen

El caso de Keila Nicole no es aislado. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), tan solo entre enero y agosto de 2024 se registraron 54 feminicidios de niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años. En el mismo periodo de 2023 fueron 46. La violencia va en aumento.

En casi una década —de 2015 a agosto de 2024— han sido asesinadas 798 niñas y adolescentes en el país bajo criterios tipificados como feminicidio. El Estado de México, Veracruz y Jalisco encabezan la lista con mayor número de víctimas.

Las infancias en México están creciendo con miedo. Y en demasiados casos, no están creciendo: están siendo arrebatadas por un sistema que no las cuida, por entornos que no las protegen, por estructuras sociales que fallan una y otra vez.

El feminicidio es también un mensaje

La saña con la que se cometió el feminicidio de Keila Nicole —una niña— nos obliga a mirar de frente una verdad incómoda: en México, la violencia de género alcanza incluso a quienes apenas están empezando a vivir. El asesinato de Keila no es solo un crimen; es un grito desesperado por protección, por justicia y por memoria.