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Poner límites también es cuidarte: cómo hacerlo sin sentir culpa

Escrito por Staff Capital Mujer | Jun 26, 2025 6:27:50 PM


¿Alguna vez te has arrepentido de decirle “sí” a un plan con tu pareja cuando en realidad no querías hacerlo? ¿O te has quedado con las ganas de decirle a un familiar que está cruzando un límite con sus comentarios? Aprender a ponerle límites a las personas que nos rodean, incluso si son alguien a quien queremos mucho es un acto de amor propio y no de egoísmo como puedes llegar a pensar.

Si quieres aprender a poner límites sin sentir culpa, este texto es para ti. Aquí exploraremos cómo establecerlos en nuestras relaciones afectivas (pareja, amistad o familia) sin cargar con la culpa que muchas veces nos enseñaron a sentir.

¿Por qué cuesta tanto poner límites?

Algunas de las razones más comunes por las que nos puede costar poner límites son: 

  • Socialización de género: desde niñas nos enseñan que ser una “buena mujer” es ser complaciente. Esta idea se repite a lo largo de la vida y muchas veces, frente a un comentario incómodo, preferimos sonreír y asentir, aunque no estemos de acuerdo.

  • Miedo al rechazo, a ser “la mala”, o a perder vínculos: comúnmente no queremos molestar a los demás y pensamos que expresar un punto de desacuerdo va a generar una pelea o haremos sentir mal a la otra persona, pero no es así. Está bien ser empática, pero ¿por qué no aplicar la empatía también contigo misma? 

  • Confusión entre poner límites y ser agresiva: erróneamente se tiene la idea de que decirle a alguien que no nos gustan sus comentarios o acciones es tomar una postura agresiva o incluso podemos pensar que tal vez siendo más duras seremos escuchadas, pero no. Comunicar algo que nos desagrada no tiene por qué tener tintes de agresividad; recuerda siempre dirigirte con asertividad. 

¿Qué es un límite sano?

Un límite no es un castigo, es una declaración de lo que necesitas para sentirte bien. No se trata de controlar a otras personas, sino de proteger tu bienestar. Además, la manera en la que manifiestes tu incomodidad o inconformidad con algo es clave para que tú te sientas bien de expresarlo y que la otra persona pueda entenderte. 

Ejemplos: “No quiero hablar ahora”, “No me siento cómoda con ese comentario”, “Necesito tiempo para mí”. 

Recuerda hablar desde tu experiencia: lo que sientes, lo que necesitas. Evita interpretar las intenciones del otro con frases como “tú quisiste decir” o “tú me hiciste sentir”.

 Claves para poner límites sin culpa

  • Reconoce tus emociones: si algo te incomoda, es válido.

  • Usa la comunicación asertiva: firmeza sin agresión.

  • Anticípate a la culpa: es normal sentirla, pero no significa que estés haciendo algo mal.

  • Recuerda que los vínculos sanos respetan los límites

Poner límites es también empoderarse

Además de brindarnos bienestar emocional, poner límites implica romper con pensamientos que nos mantienen al margen o que en casos más graves nos pueden llevar a situaciones de violencia:

  • Es desafiar la narrativa de la “mujer sacrificada”.
  • Es practicar el autocuidado como resistencia.
  • Es enseñarle a otras mujeres (y niñas) que no tienen que aguantar para ser queridas.

¡No tengas miedo de expresarte o perder a una persona! Recuerda que poner límites no aleja a las personas adecuadas, las acerca. Es un proceso que implica valentía, práctica y mucha autocompasión. Porque mereces relaciones que te nutran, no que te desgasten.