Con los cambios de estación, también cambia nuestra piel. ¿Te ha pasado que en invierno nada la hidrata y en verano todo te saca brillo? Adaptar la rutina de skincare al clima es esencial para mantener la piel equilibrada.
Ahora que el verano se asoma con más sol, humedad y altas temperaturas, conviene reforzar ciertos cuidados. La radiación UV, más intensa en esta época, puede acelerar el envejecimiento, provocar manchas o incluso aumentar el riesgo de cáncer de piel. Lo bueno es que mucho de esto se puede prevenir con una rutina adecuada.
Entre sudor, contaminación y maquillaje, tu piel necesita respirar.
Por la mañana, opta por un limpiador en espuma que llegue a profundidad.
Por la noche, uno con textura lechosa o en aceite ayuda a eliminar impurezas acumuladas.
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El contorno de ojos es una de las zonas más delicadas del rostro. Tiene menos colágeno y glándulas sebáceas, por lo que se deshidrata fácilmente y muestra signos de fatiga. Hidratarlo a diario mantiene una mirada fresca y luminosa.
En verano, la piel agradece fórmulas ligeras.
Por el día, busca un sérum hidratante que aporte vitalidad.
Por la noche, usa uno regenerador para aprovechar el proceso natural de renovación mientras duermes.
Los resultados se notan con constancia: dale al menos un mes a tu piel.
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El calor, el cloro y el aire acondicionado resecan la piel. Hidratarla mañana y noche refuerza su barrera protectora. Elige una crema adaptada a tu tipo de piel, que no solo aporte agua sino que ayude a retenerla.
Aunque esté nublado o solo salgas un rato, el daño solar es acumulativo. Aplica protector solar todos los días, reaplica según sea necesario, y opta por fórmulas ligeras que puedas integrar fácilmente a tu rutina.
Cuidar tu piel en verano no tiene que ser complicado, solo constante. Una rutina sencilla, con productos adecuados para la temporada, puede hacer una gran diferencia. Este verano, protégete, hidrátate y disfruta el sol con responsabilidad. Tu piel te lo va a agradecer.