El miércoles 23 de julio, la influencer Valentina Gilabert confirmó en redes sociales que su agresora, Marianne Gonzaga, fue liberada tras un acuerdo judicial. La joven, menor de edad al momento del ataque, obtuvo una sentencia con libertad asistida luego de aceptar su responsabilidad y ofrecer una disculpa directa. Valentina afirmó públicamente: “La perdono”.
La noticia generó fuertes reacciones en redes sociales. Para muchas personas, la liberación fue percibida como un “trato blando” por parte del sistema judicial, y surgieron de inmediato comparaciones con otros casos, particularmente el de Fofo Márquez, condenado a 17 años de prisión por agredir brutalmente a una mujer en un estacionamiento.
Pero las comparaciones, aunque populares, suelen ser injustas cuando se omiten los contextos jurídicos y los marcos legales que rigen cada caso. Aquí algunas claves para mirar el asunto con más perspectiva:
No todos los delitos se juzgan igual: edad, tipificación y procesos
Marianne Gonzaga tenía 17 años cuando ocurrió el ataque. Por ello, su caso se procesó bajo la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, que contempla sanciones diferenciadas y busca medidas socioeducativas más que punitivas. El delito fue lesiones calificadas, no tentativa de feminicidio, como había solicitado la defensa de la víctima.
En cambio, Fofo Márquez, adulto al momento del crimen, fue procesado por tentativa de feminicidio, un delito grave que implica prisión preventiva y sanciones más severas. Su víctima no otorgó el perdón, lo que también influyó en la sentencia.
¿Perdonar es debilidad? Solo si lo hace una mujer
El perdón que Valentina otorgó ha sido cuestionado en redes como una supuesta muestra de debilidad o complicidad. Pero no se habla igual cuando quien pide perdón es un hombre o cuando la víctima es hombre. La narrativa social suele exigir a las mujeres ser moralmente superiores y “comprensivas”, pero luego las reprende por no castigar con severidad.
Paradójicamente, también hay sectores que señalan que las mujeres agresoras “salen fácil” del sistema penal. Esta idea —tan extendida— desconoce las múltiples barreras que enfrentan las mujeres para acceder a la justicia, sobre todo cuando son víctimas.
¿Una justicia más "suave" para las mujeres?
Los datos no confirman que las mujeres reciban penas más indulgentes por ser mujeres. Lo que sí ocurre es que las adolescentes y jóvenes, al igual que los varones menores de edad, están sujetas a un sistema penal diferente, que no se basa en la lógica de castigo sino de reinserción.
La liberación de Marianne se dio bajo vigilancia judicial, con reparación del daño, tratamiento psicológico obligatorio y la posibilidad de volver al internamiento si incumple alguna condición.
¿Qué incomoda realmente?
¿Que haya perdón? ¿Que no se castigue igual a todos sin importar el contexto? ¿O que el sistema, cuando actúa con perspectiva, no satisfaga nuestros deseos de venganza?
Tal vez necesitamos menos comparaciones y más preguntas. Y sobre todo, justicia que ponga a las víctimas en el centro, no a los comentarios virales.
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NoticiasJul 24, 2025 12:24:08 PM
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