Durante la ceremonia de clausura del ciclo escolar 2022-2025 en la Preparatoria Felipe Carrillo Puerto, en Pijijiapan, Chiapas, una joven recién egresada se paró frente a autoridades, docentes, estudiantes y padres de familia para pronunciar un discurso que rompió el protocolo… y el silencio.
En lugar de un mensaje de despedida, la estudiante denunció públicamente haber sido víctima de acoso sexual por parte de profesores del plantel, y señaló la existencia de una cultura de encubrimiento y normalización de estas violencias dentro de la escuela. Sus palabras, grabadas en video, se viralizaron rápidamente y desataron indignación social y presión para las autoridades.
“Una gran parte de la plantilla de docentes son hombres acosadores […] Puede que no todos sean acosadores, pero son amigos y defienden a sus cuates a capa y espada. El mejor amigo de un acosador suele ser otro acosador”, dijo frente al micrófono, en medio del silencio absoluto del auditorio.
La joven relató que durante su paso por la preparatoria fue testigo y víctima de comportamientos inadecuados: miradas lascivas, comentarios fuera de lugar e insinuaciones sexuales, incluso hacia alumnas menores de edad. Aunque no reveló el nombre de su agresor, lamentó no haber alzado la voz antes y responsabilizó a las autoridades escolares por no haber hecho nada.
“Lo peor del caso es que ninguna autoridad educativa tomara cartas en el asunto en su momento. Lamento profundamente no haberlo hablado antes, que no se me diera la oportunidad”, expresó.
Una denuncia que abrió la puerta
La valentía de esta joven abrió una caja de Pandora. Horas después de que su testimonio se hiciera público, la Fiscalía General del Estado de Chiapas informó que un maestro del plantel, identificado como José “N”, fue detenido en Tapachula acusado de hostigamiento y acoso sexual en agravio de una alumna cuya identidad permanece reservada.
El fiscal Jorge Luis Llaven Abarca aseguró que ya se integró una carpeta de investigación y que hay otras posibles víctimas que podrían denunciar en los próximos días. También destacó que en el caso participaron peritos, psicólogos y agentes especializados para sustentar la acusación.
“Tenemos información de que existen otras presuntas víctimas que van a denunciar en las próximas horas”, dijo el fiscal. “Habrá cero impunidad y cero tolerancia”.
José “N” fue trasladado al penal de Tonalá, donde enfrentará cargos ante el órgano jurisdiccional correspondiente.
El costo del silencio
El caso ha sacado a la luz un problema estructural en muchas instituciones educativas del país: la impunidad del acoso escolar y sexual, la falta de mecanismos eficaces de denuncia y la normalización de violencias de género dentro de las aulas.
Numerosas organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos han exigido que se implementen medidas urgentes en la preparatoria de Pijijiapan: protocolos claros de prevención, espacios seguros de escucha, acompañamiento psicológico y una revisión integral del cuerpo docente.
Hasta el momento, ni las autoridades del plantel ni la Secretaría de Educación de Chiapas han emitido un pronunciamiento oficial.
“No te calles”: un llamado urgente a denunciar
La exalumna cerró su discurso con un mensaje dirigido a quienes aún estudian en esa preparatoria y en otras escuelas del país:
“Muchas veces el miedo nos frena... nadie quiere ser señalado. No le deseo esto a nadie. No les deseo que tengan que hacerle frente a un hombre mayor... De verdad, chicas, si alguna vez un maestro les ha mandado mensaje o les dijo algo que no debía frente a todo el salón, hablen. No sientan que están solas porque no lo están”.
Sus palabras, lejos de ser un caso aislado, exponen lo que muchas jóvenes viven diariamente en los espacios que deberían protegerlas: las escuelas.
Este caso refuerza la urgencia de construir ambientes libres de violencia, donde las y los estudiantes puedan aprender y crecer sin miedo, y donde las denuncias no sean ignoradas, sino atendidas con justicia y perspectiva de género.
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