El 17 de junio, el Parlamento británico dio un paso histórico hacia la despenalización total del aborto en Inglaterra y Gales. Con 379 votos a favor y 137 en contra, la Cámara de los Comunes aprobó una enmienda clave al proyecto de ley de delitos, que eliminaría el castigo penal contra mujeres que decidan interrumpir su embarazo, incluso fuera del marco legal vigente.
La iniciativa, impulsada por la legisladora laborista Tonia Antoniazzi, responde a un aumento preocupante en las investigaciones policiales contra mujeres por abortos presuntamente ilegales. En los últimos cinco años, más de 100 mujeres fueron investigadas, incluidas algunas que habían sufrido abortos espontáneos o partos de bebés muertos.
“Esto no es justicia, es crueldad y tiene que terminar”, señaló Antoniazzi, al presentar la propuesta que busca sacar a las mujeres del sistema de justicia penal y garantizar su atención como personas vulnerables, no como delincuentes.
Actualmente, el aborto en Inglaterra, Escocia y Gales está permitido hasta las 24 semanas de gestación, o más allá si hay riesgo para la vida de la madre. Sin embargo, la ley que aún rige el marco penal para casos fuera de esos parámetros es la Ley de Delitos contra la Persona de 1861, una norma del siglo XIX que todavía permite el enjuiciamiento de mujeres y profesionales médicos.
El debate parlamentario se encendió tras casos recientes como el de Carla Foster, condenada a más de dos años de prisión por inducirse un aborto en la semana 32 de gestación, y liberada posteriormente tras una apelación que calificó su caso como uno que requería “compasión, no castigo”.
Grupos antiaborto, como la Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos, advirtieron que este cambio legislativo abre la puerta al aborto sin restricciones. Sin embargo, defensoras de los derechos reproductivos consideran que se trata de un avance crucial.
“En un contexto global donde los derechos reproductivos están siendo erosionados, especialmente en Estados Unidos, esta reforma envía un mensaje contundente: el Parlamento británico está del lado de las mujeres”, expresó Louise McCudden, de la organización MSI Reproductive Choices.
El proyecto ahora deberá ser aprobado por la Cámara de los Lores. Aunque esta cámara puede retrasarlo, no tiene facultad para bloquearlo completamente.
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