A partir de noviembre de 2022, las trabajadoras del hogar en México comenzaron a ser incorporadas de manera obligatoria al sistema de seguridad social, un paso crucial hacia el reconocimiento de sus derechos laborales y una de las reformas más esperadas por este sector históricamente vulnerable. La medida, impulsada por el gobierno federal, tiene como objetivo garantizar que las trabajadoras del hogar puedan acceder a servicios médicos, pensiones y otros beneficios de la seguridad social que antes les eran negados.
Contexto y Origen de la Reforma
Las trabajadoras del hogar, que en su mayoría son mujeres, desempeñan un papel fundamental en la economía doméstica del país. Sin embargo, su trabajo ha sido tradicionalmente invisibilizado y carecía de una regulación adecuada. Aunque se estima que más de 2.4 millones de personas en México se dedican a labores domésticas remuneradas, muchas de ellas trabajaban en condiciones precarias y sin acceso a derechos laborales básicos como la seguridad social.
En 2019, México ratificó el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual establece las condiciones mínimas de trabajo para las trabajadoras del hogar. Esta ratificación fue un primer paso hacia la inclusión de este sector en el marco legal del país. Con la reforma más reciente, se establece finalmente la incorporación obligatoria al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que garantiza acceso a salud, guarderías, pensiones y otras prestaciones.
¿Cómo funciona el esquema?
Según la reforma, los empleadores de trabajadoras del hogar deberán registrarlas en el IMSS y pagar las cuotas correspondientes, cubriendo tanto la parte patronal como la parte correspondiente a la trabajadora. Este proceso será fiscalizado para asegurar su cumplimiento.
Para las trabajadoras que ya se encuentran prestando servicios en los hogares, el empleador deberá inscribirlas a más tardar en los primeros tres meses de su relación laboral, mientras que para las nuevas contrataciones, la incorporación deberá hacerse de inmediato. Las trabajadoras podrán acceder a todos los servicios del IMSS, incluidos los médicos, hospitalarios y quirúrgicos, además de contar con los beneficios de la pensión en el futuro.
Este esquema también incluye un ajuste en los salarios mínimos para las trabajadoras del hogar, que deben ser reflejo de la inclusión de los beneficios del IMSS, garantizando que el salario base cubra las cuotas de la seguridad social.
Desafíos y retos para la implementación
Aunque la reforma es un avance importante, su implementación no está exenta de desafíos. El principal obstáculo es garantizar que todos los empleadores cumplan con la nueva obligación y que las trabajadoras estén debidamente registradas ante el IMSS.
Si trabajas en un hogar realizando labores de limpieza, cocina, cuidado o cualquier otra tarea doméstica, recuerda que tienes derecho a estar inscrita en la seguridad social. La ley establece que tu empleador tiene la obligación de registrarte ante el IMSS, para que tengas acceso a servicios médicos, incapacidades, guarderías y pensión, como cualquier otra trabajadora.
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